Después de la Ciudad de México, hacia el sur no había nada de ellos, más que sus envíos. Amazon había instalado cinco centros de distribución en Nuevo León, Jalisco y el Estado de México.
Pero ayer, la empresa de Jeff Bezos hizo oficial su llegada a territorio maya.
Una nave industrial en Umán, Yucatán, albergará los estantes y productos que facilitarán el reparto de todo lo que pide la gente de Cancún, Campeche, Mérida.
Esta región sufre como todas la caída económica, más en su zona turística. Pero acumula una inmigración que pese a la crisis, luce lógica, en anticipo del tren peninsular que visualiza el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Hace menos de tres meses Walmart de México, una empresa que un tiempo parecía gozar casi solitaria del consumismo nacional, abrió un centro de distribución similar al que pretende la oriunda de California, a solamente 30 kilómetros del municipio a donde llegará Amazon, guiada por su director de operaciones en México, Diego Méndez de la Luz.
En esta región empieza a hablarse de una zona metropolitana de Mérida que incluye precisamente a Umán, más los municipios de Hunucmá, Progreso y Kanasín. En este último, los precios de la vivienda avanzan a un ritmo anual de 6.1 por ciento en pleno 2020, un indicador que lo ubica por arriba del promedio nacional y al doble del ritmo de la alcaldía Benito Juárez de la Ciudad de México, por ejemplo.
Sucede que justo antes de la pandemia, los yucatecos propiciaron un círculo virtuoso. A Hunucmá llegaron inversiones de empresas internacionales como AB Inbev, para producir cervezas de Grupo Modelo y a Kanasín otras como la de Leoni, una fabricante de autopartes de origen alemán.
El estado tiene en su manufactura un crecimiento superior al del promedio nacional, desde hace varios años.
Esa actividad se suma a la de inversiones en nuevas plantas de empresas locales como el vidriero Grupo Millet, amén de inmobiliarias, como las de Grupo Dicas, involucrada en proyectos urbanos que incluyen la construcción de un nuevo edificio para un consulado estadounidense.
Dos parques eólicos fueron inaugurados durante la pandemia en Yucatán, estado que suma 250 megawatts en capacidad de generación de electricidad con el viento y 100 con la del sol. Son 350 megawatts ya en una entidad que demanda una capacidad total de 900.
La llegada de esas inversiones empieza a empujar paulatinamente al alza los bajos salarios de los trabajadores yucatecos, además genera la llegada de una inmigración nacional e internacional para satisfacer la demanda laboral.
En 2021 iniciará la construcción de un astillero de la italiana Fincantieri y la de dos plantas de generación de energía eléctrica de la CFE, prometidas por el gobierno federal hace unas semanas. Un grupo de inversionistas busca la aprobación de un nuevo aeropuerto meridano para el que dio un visto bueno Rogelio Jiménez Pons, de Fonatur. Todo eso atrae gente y consumo.
Walmart de México, a cargo de Guilherme Loureiro, inauguró en septiembre un centro de distribución para atender el crecimiento de 9 por ciento en la demanda regional, de acuerdo con fuentes cercanas a la operación. Amazon ya la atendía, pero desde el centro del país, lo que la ponía en desventaja ante una competencia que arrecia.
Mercado Libre, la compañía de origen argentino, valiéndose de acuerdos comerciales consiguió una flota aérea en exclusiva que le permitirá hacer entregas en México el mismo día que ustedes hagan su compra en línea.
Liverpool, una empresa que recién había inaugurado su segunda tienda local en el más grande centro comercial de Yucatán, La Isla Mérida, intenta subirse tarde al negocio de las ventas por internet detonado por el encierro por la pandemia vigente y puso en la más alta prioridad sus ventas en línea que ya las compara con las de Walmart.
Más allá de los grandes campos de batalla de Jalisco, Nuevo León y la capital mexicana, la nueva inversión de Amazon advierte el crecimiento de un polo de desarrollo sureño que Bezos y su equipo atacarán con fuerza.
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