Sus contenedores, llamados Shrimpbox, ‘pescan’ 57 veces más que la acuicultura tradicional.
Atarraya utiliza contenedores, llamados Shrimpbox, adaptados con tecnología, incluida la inteligencia artificial, para monitorear y regular la temperatura, oxigenación y otros valores para que la especie viva en condiciones ambientales idóneas. Esto permite instalar granjas acuícolas en cualquier ubicación del mundo, sin necesidad del mar.
Actualmente la empresa cuenta con 19 Shrimpbox: tres en Oaxaca, dos en Naucalpan donde se ubican sus laboratorios de ingeniería y 14 en Indiana, donde próximamente se sumarán otros cinco más que están en proceso de desarrollo.
“Ahora es ir por más inversionistas, uno de los lugares donde pensamos llegar es Japón, porque nuestro sistema permite entregar camarones vivos”, dijo Herminio Blanco, arquitecto del Tratado de Libre Comercio en la época del expresidente Ernesto Zedillo, y actual presidente de la consultora IQOM, inversora de Atarraya.
Tras su expansión en Estados Unidos, la empresa tiene el objetivo de aterrizar en otros países y continentes que ya están interesados.
“Nuestro objetivo es llegar al 5 por ciento de los mercados de camarón más importantes del mundo, en Estados Unidos nos vamos a expandir nosotros, pero para otros destinos vamos a licenciar, ya tenemos empresas interesadas en el Medio Oriente y Europa”, adelantó Russek.
Aproximadamente el 55 por ciento del camarón que se consume en todo el mundo se cultiva en granjas, en México datos de la Conapesca arrojan que ese porcentaje es del 79 por ciento, pero no parece haber intención de migrar hacia un modelo sustentable.
“Buscamos mostrarle a los productores actuales en México cómo se podía hacer esto de manera sustentable, y la verdad es que no hicieron mucho caso”, compartió Russek.
Entre sus ventajas contra los modelos actuales es que la captura en el océano debe respetar una veda de marzo y septiembre, tiempo en que el producto se triplica de precio, sumado a que la práctica con el arrastre de las redes en el fondo del océano mata 20 veces más vida para sacar un kilo de camarón.
Mientras que la acuicultura ha destruido más del 50 por ciento de los manglares en el mundo, el uso de agua por kilo de camarón es de 80 mil litros mientras que en las Shrimpbox es de 78 litros, la cual incluso después de uso se vuelve biofertilizante para agricultura.
“El mejor paradigma para entender qué es ético es mediante el estrés, y resulta que el camarón es un animal que si se estresa se muere, empieza a perder las patas, las anténulas, algunos cambian su comportamiento y se vuelven caníbales”, explicó.
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