Una reforma hacendaria que sea palanca del desarrollo, como la que propone el Pacto por México, implica ofrecer mayores fuentes de recaudación, pero también un compromiso del gobierno federal y sus dependencias de eficientar y transparentar el gasto público.
Involucra también a los estados y municipios para que amplíen sus facultades tributarias y controlen su excesivo endeudamiento, coinciden legisladores y especialistas consultados.
Sin embargo, aseguran que la reforma hacendaria no puede estar supeditada, ni debe limitarse, al logro de los compromisos del Pacto por México, suscrito a principios de diciembre por el Ejecutivo federal y los dirigentes de las tres principales fuerzas políticas del país.
La reforma tiene que ser tan amplia y completa que permita cumplir esos compromisos y, al mismo tiempo, fortalecer el sistema hacendario del país para garantizar su viabilidad en beneficio de la sociedad.
De los 95 compromisos que se establecen en el Pacto por México, 46 -que representan 48%-- están sujetos a la aprobación de la reforma hacendaria, que será propuesta en el segundo semestre de este año.
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