Detroit se convirtió este jueves en la ciudad más grande de Estados Unidos en declararse en bancarrota, cuando el administrador de emergencia designado por el estado pidió a un juez la protección del Capítulo 9.
"Es el único camino que ofrece una salida", dijo Rick Snyder, Gobernador de Michigan en una carta a Orr y al tesorero del Estado, Andy Dillon, en la que aprobaba la petición por bancarrota.
Kevyn Orr, experto en bancarrota, fue contratado por el estado en marzo para sacar a Detroit de la caída libre fiscal en la que se encontraba.
Entre los factores que han sido señalados como culpables de la situación de la ciudad está la estrepitosa caída de la población, un cuarto de millón entre 2000 y 2010, con lo que la ciudad lucha por mantenerse por arriba de los 700 mil habitantes.
Muchos de los integrantes de la clase media y una gran cantidad de negocuis también han abandonado Detroit, llevándose sus pagos de impuestos con ellos.
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